Rolls-Royce en América

Tras la Primera Guerra Mundial la fábrica de Rolls-Royce en Derby, Inglaterra, reanudó su producción.

En ese período, América gozaba de un nuevo estilo de vida y de un alto poder adquisitivo que ofrecía más oportunidades de venta. Una nueva clase floreciente integrada por artistas y celebridades encarnada en un personaje literario como el Gran Gatsby simbolizaba su éxito social a las manos de un Rolls-Royce Silver Ghost. La gran demanda de este modelo propició la implantación en 1919 de una fábrica en Springfield, Massachussets, llamada “Rolls-Royce of America”, elegida por razones logísticas y por un alto porcentaje de trabajadores cualificados provenientes de la industria del armamento.

Aunque en un principio se pretendió que el modelo 40/50 (Silver Ghost) fuera idéntico a su homólogo de Derby, las condiciones climáticas locales, el modo de conducción y las preferencias de los clientes pronto forzarían los cambios. Progresivamente se fueron introduciendo piezas mecánicas americanas, más baratas que las importadas, que afectaban a los magnetos, sistema de ignición, generadores y demás accesorios. Algunas mejoras serían incorporadas posteriormente a la fabricación inglesa, como el sistema de engrase centralizado o el doble encendido por bobina.

1927  Rolls-Royce Springfield Silver Ghost

 

Los modelos americanos presentaban rasgos de mecánica inexistentes en los ingleses con avances técnicos más sofisticados y complicados, destinados a ser conducidos por chóferes mecánicos formados en las escuelas de instrucción Rolls-Royce. La característica mas distintiva es la línea proporcionada y elegante diseñada por maestros carroceros, siendo Brewster & Co el principal proveedor. También se identifican por estar equipados con los llamados faros de tambor y  parachoques frontales.  En 1926 se introdujo la fabricación del modelo Phantom I con un total de 1243 unidades construidas hasta 1931, provistas del volante en el lado izquierdo.

1929 Rolls-Royce Springfield Phantom I

 

El Fin del Sueño

El entusiasmo de los trabajadores por superar a sus homólogos de Derby producía ejemplares de una calidad soberbia que entrañaba altos precios de fabricación. Los Rolls-Royce eran tres o cuatro veces más caros que los coches producidos en Estados Unidos y los tiempos de entrega mayores, lo que se ignoraba cuando los coches se importaban desde Derby, considerado mucho más elegante que la adquisición de un automóvil local. Los costes elevados, el alza de la inflación y la Gran Depresión de 1929 abocaron a la firma a su fin, cesando la producción en 1930 tras fabricar un total de 2.944 coches.

Modelos Retroclásica 2023

Fabricados en Springfield:

1927 Rolls-Royce Silver Ghost Tilbury Sedan

1929 Phantom I Tourer #S383FM

Fabricados en Derby: 

1924 Rolls-Royce Silver Ghost Limousine 

 

1928 Rolls-Royce Phantom I Landaulette de Ville

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