Cuando Rolls encontró a Royce

Pocos son los nombres que encierran tanto poder de evocación en el mundo del motor como la insignia Rolls-Royce y muchos los vaivenes del destino que fueron necesarios para desembocar en este encuentro. Provenientes de medios sociales muy alejados, el rico aristócrata Charles Rolls, cuyo destino parecía abocado a una vida ociosa, acababa de nacer cuando Frederick H. Royce recorría las calles como mensajero de Correos para poder sufragar sus estudios de ingeniería.

Charles Stewart Rolls (1877-1910) realizó sus estudios en el elitista internado de Eton y obtuvo el grado de ingeniería en Cambridge. Experimentado conductor, fue propietario del primer coche que se viera en la universidad, donde empezó a tomar interés por el mundo del motor. Participó en importantes carreras llegando a batir records de velocidad en pruebas de larga distancia. Su pasión por el motor le llevó a fundar una empresa de ventas de coches de calidad en Londres, mayormente extranjeros. Amante de los globos aerostáticos, el que fuera el primer aviador en recorrer por partida doble el Canal de la Mancha, se estrelló con su avión Wright en una exhibición aérea en julio de 1910, siendo el primer británico en morir en un accidente de aviación.

 

Frederick Henry Royce (1863-1937) se describía a sí mismo simplemente como mecánico. Esforzado trabajador, era conocido por su afán de perfección y gusto por los mínimos detalles. Fundó su propia compañía de ingeniería eléctrica y mecánica en Manchester, en 1864, registrando tres años después su primera patente. Fascinado por la mecánica del motor–llegó a desmontar su propio vehículo Decauville- se empeño en la fabricación de prototipos, uno de los cuales, el modelo Royce 10 HP de dos cilindros, sería enviado a Londres en 1904 para ser sometido a las pruebas habituales. Precisamente en ese momento C.Rolls –que incluso pudo llegar a conducir el vehículo durante su promoción- andaba buscando un proveedor fiable de coches fabricados en el Reino Unido.

Sabedor de esto, Henry Edmond, en calidad de miembro del comité del Automobile Club y del consejo Royce Ldt, persuadió a C.Rolls para viajar a Manchester con el fin de examinar el nuevo coche de Royce. El histórico encuentro de Rolls y Royce tuvo lugar durante un almuerzo en el Hotel Midland de Manchester el 4 de mayo de 1904, donde el gratamente impresionado C.Rolls acordaría la venta en exclusiva de todos los coches que Royce pudiera fabricar. En adelante “los mejores coches del mundo” llevarían el nombre de “Rolls-Royce” y se fabricarían en Derby, donde fue registrada la empresa “Rolls-Royce Ltd”  el 15 de febrero de 1906 como “Rolls-Royce Limited”. Varios modelos se sucederían hasta la aparición en 1907 del inmortal “Rolls-Royce Silver Ghost”. El resto es historia.

 

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