La Colección Miguel de la Vía de Torre Loizaga ha vuelto a acaparar la atención de los medios de comunicación, nada menos que como protagonista de la portada de la revista “Fuera de Serie” en la edición que publica los sábados el diario “Expansión”, el periódico financiero más leído en España. El artículo se ubicó en la sección “Personajes” y bajo el sugerente título de “Un tesoro tras las mazmorras” se presentaba muy atinadamente la Torre de Loizaga como la obra de “un vasco ejemplar”. Nos alegraría que sea algo que suscriban todos los vascos.
A lo largo del artículo se desvelan historias relacionadas con la construcción y restauración de la torre, obras que dieron comienzo en 1985 y que aglutinaron a casi medio centenar de canteros gallegos que dieron forma a las piedras. ¿De dónde procedían dichas piedras? Inicialmente de la rehabilitación de una cantera de la que se extraía el tipo de piedra usada en la construcción medieval de la torre denominada “gabarro”. Dada la enorme cantidad de material que se requería no sólo para levantar la torre sino para construir el foso, los edificios adyacentes y las murallas, la búsqueda se orientó a otros pagos.
Y así fue como se llegó a un terreno sembrado de piedras en la Rioja cuyo propietario quería limpiar para plantar vides, quien accedió complacido a que alguien se llevara esos escombros al parecer inútiles. Cuando se percató de las frecuentes idas y venidas de los camiones, aún habiendo sido informado del destino final de los bloques, decidió que ahí debía haber más negocio de lo que aparentaba y exigió su parte para poder continuar con los trabajos
Esta y muchas otras historias sobre el personaje, la torre y la colección serán recogidas en un libro que verá la luz en los próximos meses. Una historia única y apasionante concebida por ese “vasco ejemplar” que fue Miguel de la Vía
