1914 Ford T Tourer
Este modelo con radios de madera es uno más entre los quince millones de ejemplares fabricados en el mundo entre 1908 y 1927 por la compañía dirigida por el ingeniero Henry Ford (1863-1947), artífice de la revolución en el transporte y la industria de Estados Unidos. Adquirido en 1994, la foto se sitúa en la exitosa exposición « Motion, Autos, Art, Architecture » que el arquitecto Norman Foster comisarió en 2022 en el museo Guggenheim de Bilbao, donde la Colección de Miguel de la Vía fue convocada.
Con su motor de 20CV y poco más de quinientos kilos, el coche alcanzaba unos setenta kilómetros a la hora mientras la transmisión es de tres marchas, una de ellas marcha atrás. La conducción se nos antoja actualmente como complicada ya que la palanca de marcha, las dos palancas en el volante y los tres pedales en el suelo se manejan de un modo diferente al actual.
Henry Ford ha pasado a la historia de la automoción por implantar en 1913 la ya existente cadena de montaje en la fabricación del Ford T, cuando ya llevaba cinco años en el mercado. Al abandonar la producción artesanal mejoró la productividad reduciendo los costes de fabricación y, por lo tanto, el precio final de venta, lo que permitió el consumo en masa de un producto hasta entonces inalcanzable. Con una cuota de mercado mundial en los años veinte del cincuenta por ciento, ha sido votado como el vehículo más importante en la historia del automóvil.
La famosa frase escrita por H. Ford de que “cualquier cliente puede hacer que le pinten el automóvil que desee, siempre que sea negro” tenía su explicación ya que este pigmento resultaba más barato, aunque sólo se ofreció entre 1914 y 1925.
El modelo también tuvo sus momentos de gloria como protagonista en las primeras películas del cine mudo. Sería sustituido por el nuevo Ford (1927-1931) tras casi veinte años de producción.
- Motor: L4 / 2.878 cc /20 hp
- Velocidad Punta: 70 kmh
- Producción: 1.007. 033 uds
- Período: 1908-1927