En una publicación anterior nos hacíamos eco de la Jornada de Puertas Abiertas celebrada en AIC de Amorebieta y organizada por el Cluster de Automoción del País Vasco, ACICAE. Ese día retamos al equipo de FS BIZKAIA arrancar un Rolls-Royce centenario de la Colección Miguel de la Vía en Torre Loizaga, reto que aceptaron entre el asombro y la sorpresa. El domingo 25 de junio se materializó la visita y los jóvenes estudiantes de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, que han desarrollado un prototipo monoplaza destinado a competir próximamente en el circuito internacional Formula Student UK, en Silverstone, pudieron admirar y sorprenderse con los vehículos veteranos y clásicos, donde caben también los superdeportivos como el Lamborghini Countach, uno de los más fotografiados.

Rolls-Royce Silver Ghost

Elegimos para la prueba una singular limusina de color verde y negro, carrozada en 1923 por el fabricante de carruajes Maythorne & Son para el Maharaja de Jodhpur, quien encargó accesorios tan originales como un volante fabricado en marfil, una vistosa bocina con diseño de boa y un techo solar. Los modelos Rolls-Royce Silver Ghost disponían de una ventana interior con cristales corredizos para separar el espacio del chófer, quien tenía que ajustar desde los mandos del volante la mezcla perfecta de aire y carburante para poder arrancar el vehículo. Y en esta tarea se empleó a fondo el capitán del equipo

A los mandos del volante

Gran expectación

El volante de un Silver Ghost está integrado por botón central instalado en una ruleta que gira a izquierda y derecha que realiza la función de llave de contacto o ignición. Sobre este botón central se ubica una palanca desde donde se controla la mezcla de gasolina, muy especialmente en las cuestas ya que controla la cantidad de carburante que propulsa el motor: si no llega el combustible hay que enriquecer la mezcla y si hay demasiado, produce explosiones. Por eso se dice que estos coches se conducen de oído. A esta palanca hay que sumar todavía otras dos, la de la derecha controla el avance y retroceso del encendido y la de la izquierda es un acelerador manual para controlar el ralentí del motor

El futuro ingeniero que se sienta ante este volante dispuesto a ejercer de alquimista quizá esté recordando que es la electricidad y no la gasolina la que alimenta el motor de sus prototipos. Sigue atento las instrucciones que desde fuera le transmite José Ángel Durán, mecánico-jefe de la Colección Miguel de la Vía, pero mantener acelerado el motor en las revoluciones adecuadas mientras se controla el paso de la gasolina se revela bastante más complicado de lo que parecía en un principio con el resultado de que no se logró cumplir el reto. Pero no importa, les hemos emplazado a una futura visita en la que estamos seguros que lo conseguirán

Un primer análisis

Las marchas

Aunque no se superó la prueba, el coche si superó la demostración de la escasa vibración de su motor con la prueba de la moneda, que consiste en bajar las revoluciones del ralentí con el motor caliente y mantener una moneda de canto encima de la tapa de balancines del motor sin que se caiga. Fue un momento muy animado para los asistentes y que levantó una gran expectación entre los visitantes del museo

En suma, una jornada muy satisfactoria donde unos futuros ingenieros ya en prácticas disfrutaron como niños entre los coches de la Colección de Miguel de la Vía al mismo tiempo que recibían una lección en vivo de la evolución de la historia del automóvil.

Placa dedicada al Fundador, Miguel de la Vía

¡Hasta pronto! Sois un gran equipo